La pintura de F. Bacon, junto con la descripción que hace de su proceso creativo, acercan al lector a la comprensión del funcionamiento psíquico de algunos pacientes neuróticos graves y borderline. En la sesión analítica y guiados por la transferencia-contratrasferencia, se presentan situaciones emocionales que podrían visualizarse como lo muestra este pintor. Ayuda a entender el funcionamiento mental pregenital de pacientes, en que predominan las pulsiones parciales a las que llegamos mediante la empatía y la contratrasferencia, a la espera de que puedan transformarse en la narrativa propia del proceso secundario.
Paciente y analista utilizan distintos espacios psíquicos dentro del campo relacional del proceso analítico. El "espacio potencial" posibilita el encuentro con el objeto subjetivo y el juego, donde surgen nuevas sensaciones y estados emocionales, como un acto creativo en el análisis. Creatividad en el sentido de integración a la que toda persona puede tener acceso.
Este pintor se sitúa, en sus momentos creativos, de una forma similar a la que se pide al analizado, él lo llama "azar", nosotros asociación libre. Su pintura expresa la intensidad de su mundo pulsional, mostrando y traspasando lo más primitivo del ser humano-animal. Su capacidad de sublimar estuvo presente en su obra artística. Decía: "toda mi vida es la pintura".
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