Tomando en consideración las cre-cientes necesidades asociadas al en-vejecimiento global y progresivo de la población, debemos plantear alternativas al colectivo de personas mayores, partiendo de la premisa de que al acercarnos a los aspectos socio-afectivos del envejecimiento, podemos invertir muchos de los efectos de este proceso. La sociedad y nosotros como agentes socio-sanitarios, debemos actuar de modo que reforcemos la confianza de nuestros mayores, fomentando su bienestar físico, psíquico y social.
Es en este sentido donde la psicomotri-cidad relacional desempeña un papel preponderante al recuperar el lugar del cuerpo, desde una perspectiva integra-dora, donde se contemplan los deseos, las motivaciones, las carencias; donde el acto motor no es tenido en cuenta desde la segmentación, sino desde su significación en la globalidad.
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