El oriente de Guatemala ha tenido una reputación por ser ladino, fuera de la ley y violento, y lo es en relación al occidente del país. En este artículo intentamos a subvertir la presunción que la gente del oriente sea inherentemente violento por examinar las condiciones históricas y estructurales que fomentan la posibilidad de actos violentos. Entre tales condiciones son tradiciones de racismo y subversión de la autoridad del estado, el genocidio de la guerra civil, la desintegración de tradiciones multi-comunales, la marginación de servicios y representación del estado y sobre todo para los Ch'orti' especialmente el sentimiento que la gente se haya perdido "el respeto." Para los ladinos, la aspiración de tener poder y lujos llamados a la atención por los medios de comunicación y la migración a los Estados Unidos y ofrecidos por al tráfico de casi todo ilegal, niños incluso, ha contribuido a la sensación que el individualismo, la moralidad y la violencia estén "saliéndose del guacal." Algunos han respondido violentamente con la "limpieza social."
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