Juan Vaello Orts, Olga Vaello Pecino
Tanto los espacios donde trabajamos como las relaciones que mantenemos o las actividades que llevamos a cabo, tienen una influencia capital en la eficacia docente, pero, pese a su capacidad corrosiva, no se les presta la debida atención, socavando la base emocional necesaria para rendir con eficacia y trabajar con satisfacción.
Por ello, es del todo necesario realizar revisiones regulares del estado emocional en general y del grado de ansiedad y bienestar/malestar que soportamos, con el fin de aplicar medidas protectoras, correctoras y profilácticas.
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