Antecedentes: Nuestro estudio clínico presenta una combinación de puntos del lado anterior del lóbulo de la oreja junto con puntos de la zona pretragal, directamente por debajo de la rama ascendente del hélix. Ambas localizaciones se corresponden con las áreas de Brodmann de la corteza prefrontal y de los núcleos habenulares, respectivamente. Según nuestra experiencia, cuando se presionan con un palpador aparecen ciertas zonas sensibles en dichas localizaciones en los casos de depresiones graves, depresión reactiva, depresión atípica y trastorno afectivo estacional. Así, postulamos que la configuración de las zonas se corresponde con los epicentros en las áreas de Brodmann y su importancia clínica debe estar en consonancia con la determinada por la «neurociencia oficial». Los puntos situados en el lóbulo de la oreja son eficaces contra los síntomas «positivos» de la depresión, como por ejemplo el aumento de la frecuencia cardíaca y la agitación motora como los temblores, el insomnio, la excitación mental de tipo desazón, etc. Sin embargo, no son eficaces contra los síntomas «negativos», como la astenia, la anorexia, la hipotermia, la somnolencia y la apatía. Se puede recomendar el uso de los puntos de la cara anterior del lóbulo de la oreja, incluso el punto omega, para complementar el tratamiento antidepresivo clásico, ya que según nuestra experiencia con ello aumenta la tolerancia a la frustración. Los puntos pretragales, por el contrario, suprimirían la indiferencia emocional típica de la depresión grave, pero la apatía sería reemplazada por una angustia subyacente reactivada. Por tanto, debido a este efecto secundario de agitación mental y motora, desafortunadamente no se pueden utilizar estos puntos en el tratamiento de las depresiones.
Objetivo: A partir de P. Nogier sabemos que en el pabellón auricular están representadas las proyecciones de la corteza recomendados para los trastornos de periodicidad diaria, menstrual o estacional, como se describe en el mapa auricular de Bobigny. La cartografía del pabellón auditivo se puede imaginar como una representación de interconexiones y circuitos del sistema nervioso central (SNC). Por ello encontramos indicaciones, como describe la neurociencia, resultantes de circuitos defectuosos, de tipo hiperfuncionales o hipofuncionales. Esta propuesta no sólo es lógica, sino que debería también acallar las voces en contra de la auriculoterapia, en particular entre los colegas que ejercen la medicina convencional.
Método: Nuestra metodología es puramente clínica. En las consultas nos encontramos sobre todo con pacientes que no responden suficientemente a la medicación con antidepresivos. Por este motivo intentan también la acupuntura. Sería preferible contar con datos estadísticos de pacientes que aún no hubieran sido tratados, ya que los colegas de la medicina convencional podrían argumentar que es su medicación la responsable, en definitiva, de la mejoría clínica o remisión de los síntomas.
Resultados: Tratamos al menos 10 pacientes con depresión reactiva y 3 con depresión atípica, con la salvedad mencionada de la posibilidad de un efecto «exclusivo» por el uso continuo de medicación antidepresiva. Seis de los 10 pacientes mejoraron, según refirieron, en más de un 50% en un periodo de al menos 5 sesiones como media. Para los síntomas positivos de la depresión los resultados fueron mucho mejores que para los negativos, sobre los que apenas se podía influir. La combinación de puntos presentada no mejoraba la falta de espontaneidad y la menor disposición para la participación personal en situaciones de la vida cotidiana (apatía), al contrario, reducía adicionalmente toda actividad. Sobre todo, fue la participación gustosa en la vida diaria la que no se pudo mejorar en los pacientes con depresión grave. Los pacientes permanecían apáticos ante acontecimientos u ocasiones destacadas.
Conclusiones: En la depresión grave, la auriculoterapia muestra unos resultados mucho más satisfactorios para los síntomas positivos que para los negativos, sobre los que apenas se puede actuar. Los puntos del lóbulo de la oreja y pretragales se demuestran eficaces contra la depresión atípica y reactiva. Sin embargo, los puntos propuestos no son adecuados para mejorar la espontaneidad y reducir la apatía, ya que no suprimieron el desinterés por las acciones gratificantes de la depresión grave. Nuestra combinación no activa la búsqueda de placeres, pero es suficientemente eficaz para los síntomas hiperactivos de la depresión.
Background: Our clinical study introduces a combination of points on the anterior side of the ear lobule together with points on the pretragal area, localized immediately under the ascending branch of the helix. Both localizations imply Brodmann-representations of the medial prefrontal cortex and habenular nuclei, respectively. In our experience, these zones will appear pain-sensitive to pressure in cases of major depression, reactional depression, seasonal affective disorder, and atypical depression. In addition to conventional treatment, we suggest the therapeutic use of the points on the ear lobule, point Omega included, with the objective of raising the tolerance of frustration. The lobule points are efficient in the treatment of the positive symptoms of depression like increased heart rate, motor unrest such as trembling, insomnia, mental uneasiness and hyperkinetic attention etc., but seem to have no effect on the negative ones like asthenia, anorexia, apathy, hypothermia, daytime somnolence etc. Although the points on the pretragal zone resolve the emotional anhedonic indifference as seen in major depression, unfortunately in this process apathy will tend to yield in favour of reactivation of underlying fears and anxiety. This unwanted side effect of reactivated avoidance behaviour with mental and motor unrest excludes these pretragal points from therapeutic use in depression.
Objectives: Since P. Nogier the ear lobule has been presented as the projection of the cortical zones of the brain: frontal-, parietal-, temporal- and occipital cortical zones (ectodermal territory). These were thought to be represented on the anterior side of the lobule. In our model, the medio-inferior zone of the anterior lobule represents the medial prefrontal cortex and, more precisely, the Omega point represents the anterior cingulate cortex. The pretragal points just beneath the ascending branch of the helix represent the habenular nuclei. These could be identical to points described in the Bobigny cartography as used against complaints with diurnal, menstrual or seasonal rhythmicity. We propose a cartography of the ear as a representation of circuits in the central nervous system, the advantage of which lies in the fact that the indications of the new ear points can be deduced from complaints due to hyper- or hypofunction of these circuits as described in neuroscience - functions which can be clinically checked out or technically verified as to their central representation. This concept not only applies the points in a logical sense, but also makes the model particularly accessible to our colleagues in classical medicine.
Methods: Our method is based on clinical assessment. The patients present themselves to our practice because of their non-responsiveness to antidepressants, and want to try acupuncture for this reason. Statistical analysis or technical investigation of patients who are medication-free would be preferable, since it could be possible to attribute an improvement or remission to an ultimate effect of the medication prescribed before the acupuncture sessions began.
Results: We treated more than ten patients in the group of reactional depression and three cases of atypical depression. According to their own evaluation, six out of ten patients improved more than 50% with at least five sessions average. Auricular therapy worked fine for all of the positive symptoms but did not improve the negative symptoms of depression. Especially the hedonic commitment in everyday life in major depression was not improved, the patients remaining apathetic to salient events or opportunities to participate.
Conclusion: The results are far better for positive symptoms of depression than for the negative symptoms that are only barely influenced, if not at all. The results of ear lobule therapy show effectiveness for atypical and reactional depression. The proposed points are insufficient regarding the amplification of spontaneity and the feeling of personal involvement in everyday events: indifference towards self-rewarding actions in major depression could not be improved. Our combination is not hedonically activating, but efficient in the treatment of positive symptoms of depression only.
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