Resumen de Corps-dissident, Corps-défendant. Le tatouage, une « peau de résistance »
Las marcas corporales como el tatuaje han sido utilizadas históricamente como una manera de estigmatizar a las personas privadas de sus derechos, marginadas de la sociedad, consideradas infames a causa de sus situaciones, religiones o actos : esclavos, detenidos, criminales, inadaptados, prostitutas, enemigos de la fe, « no-arios » en la ideología nazi. Si en las sociedades llamadas primitivas la marca inscrita en el cuerpo de un individuo acompaña los ritos de paso, en la cultura occidental ese sentido ha evolucionado y se ha convertido en una señal de barbarie, de esclavitud y de desposeimiento de toda identidad, en definitiva una señal de muerte social. Sin embargo, existen escrituras corporales que asumen y hacen alarde de sus caracteres quebrantados o incluso activistas. A través del tatuaje, la piel toma la palabra, se enfrenta, se rebela, resiste. Paralizado por una situación hostil, agotadora, indigna, en un contexto de sufrimiento, el individuo utiliza su cuerpo como un medio de supervivencia, un sistema de defensa para enunciar, para rechazar. El tatuaje se convierte de esta manera en « piel de resistencia », en arma y armadura.
