Una de las consecuencias de la llegada masiva de inmigrantes a España en los últimos años ha sido tener que dar cobertura sanitaria a un mayor número de personas. Por las condiciones de sus países de origen, han aparecido enfermedades que se habían extinguido o no existían en el territorio español y por las características socio-demográficas de los inmigrantes, se han disparado la demanda de determinados servicios. Aunque el servicio sanitario público español ha realizado una importante labor de adaptación, este esfuerzo se ha centrado, casi en su totalidad, en la atención primaria. Pues la salud es un estado acumulativo que depende en gran medida de nuestro comportamiento, los logros sanitarios que se consigan vía atención primaria se verán mermados por los comportamientos de riesgo: falta de higiene, consumo de drogas o no uso del preservativo masculino. Actualmente se cuestiona si diferencias culturales hace necesario implementar políticas preventivas, como campañas educativas, orientadas a la adopción de estilos de vida saludables entre la población inmigrante. El objetivo de este capítulo es conocer si es necesario que se adopten políticas preventivas específicas a la población inmigrante en materia de salud sexual.
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