Cuando emerge una nueva tecnología, los líderes amenazados intentan �infructuosamente� alcanzarla o superarla. Hay una tercera opción que supera a las mencionadas.
Cuando llega una nueva tecnología, las empresas con tecnologías antiguas responden combatiéndola o haciendo una transición para adoptarla. Para muchas empresas, se trata de una batalla perdida. Sorprendentemente, su mejor opción es retirarse audazmente. Hay dos tipos de retiradas audaces: replegarse a un nicho del mercado tradicional, donde la tecnología vieja tiene una ventaja sobre la nueva para abordar las necesidades de los clientes, y reorientarse a un nuevo mercado, en el que la tecnología vieja representa una oferta inherentemente superior. Al igual que una transición a una tecnología nueva, una retirada audaz requiere un importante cambio organizacional. Eso incluye reelaborar su estructura de costos y su base de talentos, aparte de convencer a sus stakeholders de que �retirarse� es una buena idea.
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