Siguiendo el desarrollo reciente de los estudios sobre adaptación, que tienden a interrogar la relación intertextual entre el medio escrito y el cinematográfico, este artículo analiza la película Generación robada (Noyce, 2002), destacando la compleja intertextualidad que la compone: el libro que constituye el texto-fuente, Follow the Rabbit-Proof Fence (1996) de Doris Pilkington-Garimara; el informe Bringing Them Home (1997) sobre la separación forzada de niños aborígenes; los textos y actos políticos de la reconciliación nacional australiana y, finalmente, las biografías y la participación de las actrices aborígenes y sus comunidades. Todos ellos contribuyen a la traslación visual y la articulación de un film en el que la imbricación entre historia y arte es un elemento constitutivo.
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