A través de varias noticias donde aparecen dispositivos tecnológicos de control y seguimiento introducidos en diferentes ámbitos de la vida cotidiana, analizamos cuáles podrían ser los actuales regímenes de poder y sujeción a los que nos vemos abocadas como ciudadanas. Teniendo en cuenta la centralidad que han adquirido las tecnologías de la información y la comunicación, proponemos que la problemática del sujeto y las relaciones de poder que ocupaba a las sociedades disciplinarias y que se materializaba en el panoptismo y la consecuente producción de individuos, está siendo sustituida por una nueva ecuación: la producción de dividuos mediante superficies de ensamblaje. El elemento que nos permite argumentar tal giro conceptual es, precisamente, un microchip y la gestión de la información que se genera a partir de su inserción en el brazo de cualquier ciudadano. Tras este primer diagnóstico acerca de las formas de gobierno actuales ahondaremos en los nuevos modos de socialidad que emergen a partir del control continuo y en abierto de nuestras trayectorias. La aparición de lo que denominamos extituciones permitirá hablar de las nuevas lógicas del ejercicio del poder y sus espacialidades. Éstas se caracterizan por un gobierno de la vida asentado en el procesamiento tecnológico de la información que circula acerca de nuestras acciones y, por supuesto, de nosotras mismas. Para terminar nos preguntamos acerca de cuáles podrían ser las acciones políticas colectivas que subvirtieran estas lógicas de gobierno preponderantes en un contexto post-humanista donde la centralidad de �lo humano� ha sido desplazada por una tecnocracia política, ética y epistémica.
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