En este artículo analizamos el papel que los obreros cualificados u oficiales juegan en la industria textil catalana entre 1833 y 1923. Argumentamos que un elemento clave para la comprensión de las relaciones laborales durante el siglo XIX es el intento por parte de los obreros masculinos de 'capturar' los nuevos procesos de producción en la hilatura y el tisaje e imponer sistemas informales de aprenáí zaje. Hasta los 1880 las estrategias por ellos seguidas tendrían bastante éxito sobre todo en el ramo de la hilatura. Sin embargo, a partir de estos años los industriales reaccionan contra el incremento de la competencia en el sector y a una recesión profunda tratando de intensificar la producción, socavar la posición de los hombres y en parte sustituirlos por mujeres. Esto comporta unas luchas sociales intensas y provoca el colapso de la federación sindical, las Tres Clases de Vapor, de carácter muy moderado, y su sustitución, a partir de principios del siglo xx, por otras organizaciones más radicalizadas.
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