En este trabajo se evalúa, desde una perspectiva de bienestar social, la adecuación del impuesto personal sobre la renta como un instrumento que persiga simultáneamente, y de forma explícita, los objetivos de redistribución personal y espacial de la renta. La investigación presenta las condiciones necesarias y suficientes para justificar ese impuesto, adoptando el enfoque metodológico propuesto por Atkinson y Bourguignon (1987). Como ilustración empírica de los resultados obtenidos se diseña, a partir del modelo de IRPF vigente en España en 1999, un impuesto que otorga un tratamiento diferenciado a los contribuyentes en función de su renta y de su región de residencia, mediante una reducción de la base en concepto de "mínimo territorial", verificándose la idoneidad del tributo en el marco de bienestar adoptado.
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