Algunos fármacos utilizados en el tratamiento del cáncer han sido relacionados con toxicidad vascular.
Su patogénesis no está aclarada y los cambios vasculares desencadenados pueden deberse a la neoplasia subyacente, al propio fármaco utilizado o a enfermedades vasculares previas, conocidas o desconocidas.
Presentamos el caso de una mujer de 72 años diagnosticada de Linfoma Hodgkin con antecedente de claudicación vascular e hipertensión arterial que tras la administración de tercer ciclo de quimioterapia desarrolló necrosis digital en pie derecho. A pesar de tratamiento vasodilatador, la evolución fue tórpida con amputación de primer y quinto dedo.
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