Para los autores, en las empresas pueden identificarse tres tipos de etapas de desarrollo: Etapa M, de Miedo; Etapa I, de Insuficiente; y Etapa C, de Confianza. Evidentemente, toda organización debe orientarse hacia la etapa del tipo C. Esta se caracteriza por ocho hábitos, definidos por los autores, que dan origen a cuatro tipos de cultura. Cuando se encuentran simultáneamente, permiten alcanzar el éxito.
Para los autores, las empresas pueden hallarse en tres tipos de etapas de desarrollo: Etapa M, de Miedo; Etapa I, de Insuficiente; y Etapa C, de Confianza. Evidentemente, toda organización debe orientarse hacia la cultura del tipo C. Esta se caracteriza por ocho hábitos que han definido los autores. A saber: Información, Visión, Resultados, Delegación, Aprendizaje, Comunicación, Equipo e Innovación. Estos hábitos no pueden ser reemplazados por más inversión, más esfuerzo, o una reorganización o una reducción de costos. Quizá necesarios pero después de tener los hábitos asumidos y siendo lo anterior una consecuencia de su aplicación. Tal como lo entendemos, sin los hábitos, la solución es difícil y errática. Consecuencia de dichos hábitos, pueden identificarse cuatro tipos de culturas: Racional, de la Estabilidad, del Compromiso y del Cambio. Cuando se encuentran todas estas culturas simultáneamente en una organización se desemboca en la cultura C, y en el éxito
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