Es curioso que frente a la enorme cantidad de plantas de sandía (40 millones) o tomate (40-50 millones) que se injertan anualmente en España, sean tan pocas las injertadas en berenjena, aunque sin duda este número está aumentando. La prohibición del empleo de algunos de los desinfectantes de suelo más eficaces y utilizados, hacen el control de los patógenos más problemático. Una de las técnicas menos contaminantes y más eficaces para este fin, es el injerto. Mediante el injerto se puede prevenir la verticilosis, los nematodos y una bacteriosis causada por Ralstonia, que son las tres enfermedades, producidas por patógenos del suelo, más importantes en la berenjena.
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