Los estudios realizados hasta la fecha en España demuestran que las enfermedades y patologías que tienen los inmigrantes respecto a los autóctonos son muy similares. Sin embargo, las visitas sanitarias y las bajas laborales son mayores entre la población local, a pesar de que se ha comprobado que la siniestralidad en el trabajo afecta más a los extranjeros. En esta paradoja actúan las peores condiciones laborales de los trabajadores foráneos, que tienen que aceptar trabajos más peligrosos y en unas condicines de incertidumbre laboral. En muchos casos, el hecho de no tener papeles para trabajar legalemente o sus mayores necesidades económicas les obligan a aceptar empleos que ni siquiera cuentan con un mínimo de seguridad. Todos estos factores son los que llevan a los inmigrantes a solicitar menos incapacidades temporales laborales y, cuando lo hacen, que su duración sea corta.
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