A.M. Andrés Moreno, Victoria Castel Sánchez
Los avances del tratamiento antineoplásico han llevado a un significativo aumento de las tasas de supervivencia, que en la actualidad y para la población pediátrica son superiores al 70%. Entre los posibles efectos tardíos secundarios al tratamiento oncológico, las alteraciones en la capacidad reproductiva pueden tener un especial impacto en la calidad de vida de los supervivientes. En los últimos años el desarrollo de nuevas técnicas de reproducción asistida, entre las que se incluye la criopreservación de corteza ovárica, ha abierto un camino esperanzador en algunos subgrupos de población, que hasta la fecha contaban con escasas posibilidades para preservar su fertilidad ante la administración de un tratamiento gonadotóxico. Sin embargo, la aplicación de estos avances en el campo de la Pediatría y de los adolescentes tiene todavía un largo camino por delante y algunas consideraciones prácticas y éticas merecen revisarse antes de recomendar su utilización en la práctica médica diaria.
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