Introducción y objetivos. Alrededor de un 25% de los pacientes con MCH obstructiva permanecen sintomáticos a pesar de una correcta medicación. Algunos pueden beneficiarse del implante de un marcapasos. El objetivo fue valorar el efecto del marcapasos en la modificación del gradiente en el tracto de salida del ventrículo izquierdo (TSVI), grosor máximo del ventrículo izquierdo (VI) y en la capacidad funcional. Métodos. A 72 pacientes con MCH obstructiva y síntomas incapacitantes se les implantó un marcapasos. Se realizó un examen clínico, una ecocardiografía (61 pacientes) y una ergometría (34 pacientes) antes y después de la implantación del marcapasos. Resultados. La capacidad funcional subjetiva, estimada según la clasificación de la NYHA, mejoró en el 43,1% de los pacientes, aunque no lo hizo la estimada mediante ergometría. Se observó una reducción significativa del gradiente subaórtico (mediana, 87 [intervalo intercuartílico, 61,5-115,2] frente a 30 [18-54,5] mmHg; p < 0,001) y del grosor máximo del VI (22,1 ± 4,5 frente a 19,8 ± 3,6 mm; p = 0,001). En el análisis univariable, el sexo femenino (OR = 3,43; p = 0,020) y la clase funcional III/IV (OR = 4,17; p = 0,009) se asociaron a una mejoría clínica. En el análisis multivariable, sólo la clase funcional III/IV mantuvo la significación (OR = 3,12; p = 0,048). Conclusiones. La implantación de marcapasos en pacientes con MCH obstructiva con síntomas incapacitantes disminuye el gradiente obstructivo del TSVI y el grosor máximo del VI, pero sólo el 43,1% consigue una mejoría clínica subjetiva, siendo una clase funcional más avanzada el único factor predictor de mejoría.
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