Como dice el proverbio, el conocimiento es poder. Sin duda, para poder dirigir o controlar cualquier sistema, el conocimiento preciso y actualizado de su estado actual tiene un valor incalculable. El enorme volumen de datos que se necesitan para controlar un sistema complejo queda claramente ilustrado por la ingente cantidad de datos presentes en la sala de control de una red eléctrica. ¿Pero cómo se mejora un sistema de control para atender unas demandas y unas expectativas cada vez mayores? El sentido común sugeriría que este proceso exige aún más datos, es decir, más dispositivos de medida que proporcionen más mediciones (incluidas las redes de suministro final y la "última milla" hasta el cliente) y las transmitan a la sala de control. Gran parte del esfuerzo que se está invirtiendo en la preparación de las redes inteligentes que asegurarán el suministro de energía del mañana se centra por lo tanto en esos dispositivos de medida inteligentes. Pero esto es sólo una parte de la historia. Sin una estrategia adecuada para manipular y evaluar los datos, esta estrategia culminaría en un "tsunami de datos". La sala de control se inundará de datos y sería difícil distinguir lo que es importante y lo que no. La respuesta está en buscar información, no datos. La información de calidad suministra los hechos adecuados en el lugar adecuado y en el momento adecuado. Sólo así podrá el conocimiento garantizar y asegurar el flujo de la energía.
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