El Cid, que en buena hora había nacido, pasó de este siglo en "el día de Cinquaesma" o domingo de Pentecostés, 29 de mayo del año 1099. Las Gesta Francorum o crónicas de las Cruzadas señalan esta misma fecha para el inicio de la marcha y asedio que concluyeron con la toma de Jerusalén por los cristianos. Esta coincidencia de fechas no pudo pasar desapercibida al autor del Poema de Mio Cid. La gesta del Campeador cobraba un valor simbólico que trascendía la geografía de sus hazañas por tierras castellanas hasta Valencia, enlazando con la de las Cruzadas en el extremo oriental de la cristiandad frente al mismo adversario musulmán. (A.)
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