El aprendizaje es nuestro mejor aliado y, a la vez, nuestro peor enemigo, porque con él aprendemos lo bueno y lo malo. En el proceso de aprendizaje existen tres vías de condicionamiento, interdependientes entre sí y en las que siempre está presente algún tipo de conocimiento o representación mental: 1) sobre las contingencias entre los sucesos/estímulos ambientales (condicionamiento clásico), 2) entre la conducta y sus consecuencias (condicionamiento instrumental) o 3) sobre la conveniencia de imitar el comportamiento de otros (aprendizaje social). El comportamiento resultante de este aprendizaje está determinado por la influencia del pasado, presente y futuro, de tal manera que de cómo vivamos o recreemos esas experiencias dependerá nuestra conducta y nuestra actitud ante un nuevo proceso de re-aprendizaje.
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