La enfermedad mamaria benigna engloba todos los trastornos mamarios no malignos, como tumores benignos, traumatismos, mastalgia, mastitis y galactorrea. Los tumores benignos dan lugar a alteraciones patológicas que no incrementan el riesgo de aparición de una neoplasia maligna en la paciente, lesiones que entrañan un riesgo ligeramente mayor y lesiones asociadas con un aumento del riesgo de desarrollo de cáncer de mama de incluso el 50%. Tanto los trastornos mamarios benignos como los malignos pueden cursar con una masa palpable, engrasamiento cutáneo o eritema cutáneo, dolor, galactorrea e inversión o distorsión; o bien resultados anómalos en la mamografía de cribado en ausencia de hallazgos patológicos. Las herramientas que se utilizan para estudiar las alteraciones mamarias comprenden la exploración clínica de las mamas, la mamografía y la ecografía. Este artículo aborda el papel del ginecólogo en el mantenimiento de la salud de las mamas, la evaluación clínica de sus alteraciones y el manejo de la enfermedad mamaria benigna.
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