Chus Cantalapiedra, María A. Jiménez
Lo tenía todo para ser una estrella de Hollywood, pero una conversación con su profesora de inglés le permitió mirarse por dentro y descubrir que él no quería ser así. Se recluyó entonces durante dos años, reordenó su vida y su trabajo, y regresó al cine con un único propósito: hacer películas que muestren "lo bueno, lo bello y lo verdadero".
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