La elección de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos ha generado una gran expectativa de cambio, tanto en este país como en el resto del mundo. Probablemente, Oriente Medio y el Mediterráneo será la región que experimentará mayores cambios en la política exterior norteamericana, pues existe una amplia percepción en Washington de que ésta fue uno de los grandes fracasos de la presidencia Bush. Tres meses después de su investidura, el equipo de Obama aún está perfilando su política hacia la región, y aún no está del todo claro cuán profundo será el cambio de enfoque. Existen poderosos lobbies e inercias que influyen en la política exterior estadounidense con las que será difícil romper. En todo caso, el nuevo escenario supone un reto para la Unión Europea y España, pues se abrirán nuevas vías de colaboración con los Estados Unidos en la región que deben ser aprovechadas.
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