En un primer momento podríamos pensar que la democratización de la fotografía, propiciada por la llegada al ámbito doméstico de cámaras digitales semiprofesionales y la proliferación de sitios web donde compartir gratuitamente imágenes de calidad, acabarían con los bancos de imágenes. Sin embargo, éstos han sido mucho más ingeniosos que las compañías musicales y, además de intentar llevar a su terreno (y archivos) a los fotógrafos aficionados con más talento, han hecho de Internet su gran aliado en lugar de su enemigo. La web es hoy el hábitat natural de los archivos de imagen, que ofrecen el mundo con sólo hacer "click".
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