Las propuestas teóricas y metodológicas de las comunidades de aprendizaje representan un marco de referencia para entender y abordar la formación del profesorado y la mejora de la educación. En la primera parte, el artículo ofrece una caracterización general de las comunidades prácticas y se advierte de su presencia por doquier, su elasticidad y ambigüedad moral. Destaca, asimismo, sus relaciones con las teorías socioculturales que definen el aprendizaje humano como un fenómeno social y cultural, situado en contextos de actividad donde los sujetos aprenden a participar en comunidades de discurso y práctica adquiriendo sistemas de creencias y modos de hacer compartidos. Esa concepción del aprendizaje arroja luces sobre la formación del profesorado y la mejora de la educación, aunque no es suficiente por desatender los valores, los contenidos y los propósitos cuya justificación y presencia son inexcusables. En el segundo punto, el texto ofrece una visión panorámica del desarrollo de comunidades de aprendizaje en los centros escolares. Destacan sus dimensiones y procesos más representativos y señala, asimismo, algunos interrogantes controvertidos sobre su naturaleza, condiciones e implicaciones para la mejora de la educación y la formación del profesorado. En la tercera parte se propone un conjunto de valores y principios que es preciso tener en cuenta a la hora de crear y sostener comunidades para un determinado aprendizaje docente y una mejora democrática de la educación. Se aboga, entonces, por la necesidad de atender al carácter ético y democrático de las comunidades de aprendizaje al servicio del derecho de todos a la educación, a sus relaciones con la política y el poder, su contribución a un aprendizaje docente relevante y profundo, su naturaleza procesual y su inserción dentro de políticas sociales y educativas orientadas a fortalecer lo público y las garantías de una buena educación como derecho de toda la ciudadanía.
The theoretical and methodological contributions of the communities of practice represent an important framework for understanding and dealing with some educational issues as teacher learning and school improvement. Firstly the article considers communities of practice general characterization and points out their conceptual elasticity and moral ambiguity. The text outlines the theoretical and practical relationships between communities of discourse and practice and the psychological theories that define knowledge and human learning as social and cultural realities situated in activity contexts where the individuals learn to participate, to internalise and to share with others particular beliefs systems, tools and their use in order to deal with everyday problems. The social and cultural conceptions of learning are relevant but no sufficient for teacher education because specific questions of values, contents and educational goals are disregarded. Secondly, the article introduces a general map of different recent approaches concerning the creation and development of professional learning communities in schools. Their most representatives dimensions, processes and conditions are sketched, and some controversial issues and theoretical debates are outlined. Finally, some advices are discussed and justified for creating and maintaining communities of discourse and practice committed to a specific teacher learning and a democratic school improvement. The ethical and democratic character of the professional learning communities in school is claimed, so as their political and power dimension and contributions to a relevant and deep professional learning, needed to be understood more as open and critical processes than as instrumental options for reaching predetermined goals. From a wider perspective, a professional learning community needs to be situated in the context and purposes of strengthening the public sphere for democratic undertaking of public goods.
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