Una de las prioridades del proceso de enseñanza, en la escuela contemporánea, es ayudar a que los estudiantes se conviertan en agentes autónomos que gestionan sus propios procesos de aprendizaje. El papel que debe cumplir el profesor para apoyar el aprendizaje de los alumnos es el de un mediador y orientador de los procesos, quien proporciona a los estudiantes herramientas necesarias para que estos aprendan a organizar y dirigir sus propios procesos y actividades de estudio. En este orden de ideas, la incorporación intracurricular de la enseñanza de estrategias cognitivas y metacognitivas se presenta como una alternativa para mejorar los procesos de aprendizaje, sobre todo en los alumnos que presentan algunas dificultades en este aspecto, como los niños afectados por el trastorno por déficit de atención (TDAH).
La teoría histórico-cultural aporta importantes conceptos que permiten dirigir la atención a las prácticas de enseñanza de los docentes como una herramienta mediacional de gran poder que permite facilitar y provocar los procesos del desarrollo de las habilidades de autorregulación, tanto en los niños afectados por TDAH, como en todos los alumnos en general.
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