El Nuevo Laborismo ha fracasado debido a las contradicciones internas del proyecto, al intentar combinar un modelo liberal en la economía con un autoritarismo político que anuló tanto la influencia del Partido como la de los propios miembros del Gobierno. El populismo político de Blair vació de contenido ideológico al laborismo británico, una organización con una amplia tradición de debate político e ideológico que quedó sepultado por unas formas autoritarias de concebir tanto el Gobierno como la dirección del partido. El proyecto ha aguantado 12 años, y cuando la última legislatura se encuentra próxima a finalizar, Gordon Brawn tampoco está sabiendo afianzar un mensaje que permita una victoria laborista.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados