El famoso "milagro del gallo y la gallina" es, en realidad, la fusión de un milagro (mantener con vida a un peregrino ahorcado) y un portento (la resucitación del gallo y la gallina), que probablemente es una adaptación de alguna receta de la alquimia recreativa medieval. El milagro se atribuye a varios santos, pero ha venido a posarse en la hagiografía de Santo Domingo de la Calzada. Entre los milagros atribuidos a este santo, el gallo y la gallina aparecen en dos de ellos: el que se refiere a un cautivo y el más famoso del peregrino ahorcado.
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