Javier Enríquez Fernández, Enriqueta Sesmero Cutanda
Nuestros cementerios extraeclesiales reflejan la desestructuración de la comunidad antiguorregimental por el liberalismo burgués. Son espacio de aculturación social y trasunto de la clasista compartimentación urbanística. La sactuaciones actuales en uniformación o distribución responden a una programación "neovasca". La decoración pierde riqueza semántica, salvo en tumbas políticas. El kitsch muestra peculiaridades devocionales y una homogénea oferta comercial. El terror religioso decimonónico deja paso a referencias sólidas y amenas (familia, tierra natal, cultura autóctona), respuesta a la inseguridad existencial actual.
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