El artículo muestra por qué la ecología cultural, entendida como un método para indagar en las relaciones entre el medio ambiente y los procesos culturales ha arraigado en una generación de antropólogos mexicanos como consecuencia del magisterio de Ángel Palerm y Eric Wolf. La aplicación práctica de las teorías de Steward a los procesos de formación regional mexicana vinculados a usos políticos de tecnologías hidráulicas como parte, tanto de estrategias culturales de adaptación como de control político del agua en el proceso de producción de alimentos, ha puesto de manifiesto que la ecología cultural, entendida como manejo cultural de entornos naturales, al igual que la economía, es diseñada y manejada políticamente en el contexto de sociedades profundamente desiguales con consecuencias maladaptantes.
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