Hoy en día es muy frecuente la necesidad de proporcionar tromboprofilaxis farmacológica a los pacientes que se someten a una intervención quirúrgica, por el elevado riesgo de que se desarrolle una trombosis venosa profunda en el perioperatorio. La administración de estos agentes anticoagulantes (habitualmente en nuestro medio heparinas de bajo peso molecular o fondaparinux, y en un futuro probablemente también los nuevos anticoagulantes orales dabigatrán y rivaroxaban) puede entrar en conflicto con la realización de técnicas anestésicas regionales, en las que es imprescindible mantener la integridad hemostática. Por ello, se han desarrollado protocolos de seguridad que permiten la tromboprofilaxis con máxima eficacia y la realización de las técnicas anestésicas con la máxima seguridad; están basados tanto en el fármaco empleado como en la dosis y el momento en que se administran. Se revisan los detalles correspondientes a esta situación de la práctica diaria
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