Introducción: En las roturas vesicales traumáticas cerradas, se ha recomendado reparar quirúrgicamente la rotura intraperitoneal y tratar de manera conservadora la extraperitoneal, mediante sonda, antibióticos y comprobación del cierre de la herida vesical a las dos o tres semanas. Sólo recientemente, se ha prestado importancia a la existencia de esquirlas óseas de las fracturas pelvianas vecinas a la lesión vesical, que en presencia de una sonda permanente o de una orina infectada pueden dar lugar a fístulas persistentes o infecciones pelvianas graves.
Pacientes y Método: Los dos casos de rotura vesical extraperitoneal que presentamos ponen de manifiesto la dificultad del diagnóstico seguro mediante TAC, y la gravedad de la existencia de esquirlas óseas improntando en la disrupción de la vejiga.
Comentario: Los consensos recientes en traumatismo genitourinario destacan la necesidad de prestar atención a la presencia de esquirlas óseas de las facturas del anillo pelviano en los traumatismos vesicales cerrados. En caso de rotura vesical extraperitoneal con fragmentos óseos en la vecindad, la exploración endoscópica y la reparación quirúrgicas pueden ser necesarias.
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