Las próximas elecciones europeas y la presidencia española de la Unión para 2010 constituyen dos grandes retos que España debe afrontar con determinación. Para obtener resultados positivos es necesario conseguir que los ciudadanos conecten nuevamente con el proyecto europeo, que se sientan partícipes de una identidad compartida. Para ello los discursos deben aclarar qué es Europa, de dónde viene y, sobre todo, a dónde va, construyendo un relato sobre la identidad europea que proporcione una idea común sobre la cultura, la historia y la tradición que los ciudadanos europeos sientan como propia.
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