Un 5% del la población global consume el 25% de la energía, mientras tanto 2.000 millones de seres humanos no tienen acceso a la electricidad. Este escalofriante desequilibrio no responde ni a la ausencia de medios tecnológicos, ni a la carencia de recursos económicos. Es el resultado de un modo de vida insostenible y la consecuencia de una escasez de liderazgo político, social y económico. No faltan emprendedores ni científicos ni investigadores. No hace falta mucha más información. Hace falta voluntad de transformación.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados