A partir de una lectura psicoanalítica de la novela La Pianista de E. Jelinek, la autora se propone reflexionar en torno al masoquismo, la psicosis, el incesto y la destructividad en una relación madre hija marcada por la ausencia de individuación como telón de fondo.
El masoquismo sirve a la protagonista tanto para negar la separación con el objeto incestuoso primario como para intentar fabricarse límites en repetidos intentos de individuación que se verán fallidos.
En la obra considerada y su personaje principal el masoquismo va dejando su "función de guardián de la vida" para transformarse paulatinamente en energía desligada que empuja a la protagonista hacia la autodestrucción.
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