Los entes públicos estatales pueden reclasificarse en dos grandes grupos: Administraciones Públicas y Empresas Públicas. Las primeras producen bienes y servicios no destinados a la venta y se financian mediante transferencias del Estado. Las Empresas Públicas sin embargo, se orientan fundamentalmente a la producción de bienes y servicios destinados a la venta, obteniendo de éstos al menos el 50% de sus ingresos totales. Este trabajo presenta las principales consecuencias de la reconfiguración del sector público a raíz de la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos de 1999, y de la anterior Ley de Organización y Funcionamiento de la Administración General de Estado
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