Vivimos en una sociedad en la que, indudablemente, los conflictos familiares están a la orden del día, siendo preciso solventarlos del mejor modo posible. La mediación es un procedimiento que resuelve una controversia entre dos obteniéndose, en numerosas ocasiones, un acuerdo total o parcial que ha de ser justo y legal y se ha de alcanzar de forma voluntaria por los sujetos en conflicto. El mediador tan solo orientará a las partes estando provisto de autoridad moral y privado de potestad coercitiva.
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