2008 ha sido el año más sangriento en Afganistán a causa del terrorismo islámico desde la fecha del 2001, año en que fuese derrocado el régimen Talibán. Debilidad del gobierno afgano, su corrupción e inoperancia, los fondos provenientes de un tráfico de drogas floreciente, la existencia de un casi inexpugnable santuario en la zonas tribales autónomas de Pakistán lindantes con Afganistán (FATA), la insuficiencia de la presencia militar extranjera y la alianza con Al-Qaeda de los Talibán son los elementos que explican la actual fuerza del movimiento. Los tres frentes en los que se concentra la amenaza Talibán son el debilitamiento del poder político en Kabul, los ataques contra las fuerzas extranjeras, intentando cobrarse víctimas civiles ?colaterales? que conlleven un cuestionamiento de su presencia por parte de la población civil y el refuerzo de su santuario en Pakistán, aprovechándolo en particular para interrumpir los suministros a Afganistán. El desafío consiste en desgajar a los elementos más moderados y más venales de la alianza con los Talibán, intentar crear fidelidades tribales opuestas a éstos, gestionar el delicado problema de la droga (fuente de financiación), aumentar las tropas y evitar que los islamistas logren con su estrategia puesta en práctica con los atentados de Mumbai, provocar tensiones entre Pakistán y la India que debiliten los esfuerzos contra el santuario Talibán/Al-Qaeda en las zonas tribales (FATA).
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