Juan Trillo Jurado, comerciante de telas, apela sin éxito al Rey para revertir una sentencia pecuniaria que cerró un proceso judicial en su contra, provocado por su frustración y su cólera respecto de un antiguo empleado, Tomás Rodríguez de Aramil, quien no valoró su consejo paternal y se casó a escondidas con Gertrudis de los Dolores y Peralta, parda, a quien Juan insultó y despreció públicamente. Tomás, desconsolado, comenzó un proceso criminal que nos permite explorar los sentimientos, experimentados y nombrados en singular para querellarse por justos motivos, y que enfrentó a dos hombres españoles en un barrio de castas en la ciudad de México de comienzos del siglo XVIII.
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