El análisis paleobiológico y tafonómico de los elementos orgánicos asociados a las estructuras arqueológicas romanas de los siglos I y VI d.C. del Cerro de Trigo, situado en Almonte -Huelva, muestran un aporte importante en material malácológico, en relación con la adaptación de los vertebrados. La escasez de restos oséos de los que obtener datos biométricos suficientes no nos permite extrapolar los resultados obtenidos a la población de ganado consumido ni a la población de la comunidad silvestre, aunque sí nos permite estimar las diferencias y similitudes entre los depósitos formados. Por el contrario, hallamos en un número estadísticamente suficiente valvas de almendros de mar Glycimeris glycimeris- que nos ha servido para determinar las diferencias entre esta asociación y la del yacimiento romano del siglo IV d.C. El Eucaliptal, situado en la misma línea de la costa onubense, en la localidad de Punta Umbría.
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