El archipiélago canario, fruto de erupciones volcánicas, ofrece una sinfonía de paisajes cuyo denominador común es el marrón oscuro de la lava y el verdor de sus bosques. Sobre estos ásperos espacios fueron alzándose desde el siglo XV unas construcciones que, por su carácter cúbico, ponen una nota de color y contraste. Admirar estas casas tradicionales encaladas es un espectáculo, porque cada isla ofrece un estilo diferente, aunque con rasgos comunes. En este viaje por Canarias descubrimos estos mosaicos de una arquitectura concebida a escala humana que late a la sombra del volcán.
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