La incidencia y mortalidad del cáncer cervical en Estados Unidos se ha reducido en más del 70% desde la década de 1950. Esta reducción se atribuye principalmente a la introducción de la prueba de Papanicolaou en la década de 1940. El cáncer cervical, sin embargo, sigue siendo la segunda causa más frecuente de todas las neoplasias femeninas en el mundo, con un 80% de casos en los países con bajo nivel de recursos. Esta disparidad se atribuye principalmente a la falta de cribado y de tratamiento de las lesiones preneoplásicas. Este artículo describe los métodos tradicionales de detección del cáncer cervical y los métodos no invasivos que pueden ayudar a superar las barreras financieras y culturales que limitan la generalización del cribado.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados