Introducción. El dolor es uno de los síntomas más prevalentes en la enfermedad neoplásica avanzada1, y uno de los que más afectan la calidad de vida de estos enfermos2. Dentro de los analgésicos, el principal papel en el control del dolor oncológico lo desempeñan los opioides, ya que una proporción importante de los pacientes los necesitarán en algún momento de la evolución de su enfermedad3
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