El diagnóstico radiológico basado en la radiografía panorámica plantea diferentes problemas al radiólogo. Por una parte, el procedimiento técnico en sí limita la capacidad informativa, dado que el cráneo tridimensional es representado en una imagen bidimensional con las superposiciones correspondientes. Por otra parte, se debe agudizar la percepción para detectar cuadros clínicos secundarios debido al tamaño del encuadre de la imagen. En muchos casos son los hallazgos casuales los que llevan al odontólogo a instaurar tratamientos no puramente odontológicos. En este artículo se describen 20 casos clínicos y se proponen diferentes diagnósticos de sospecha. Las soluciones se encuentran al final de la presentación de los casos.
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