Mejor decir "las urgencias", para que el plural preserve la idea de lo singular de cada una, y acentúe lo relativo de una noción que intenta generalizar una clínica tan rica y diversa.
De todos modos, se pueden trazar algunas líneas típicas, que ayudan a situar y a soportar nuestra práctica en este campo.
Empezaría diciendo, que hay urgencias, en tanto, para el sujeto del lenguaje, es posible desesperar, es posible llegar a esos confines donde ya no hay palabra, donde el tiempo de pensar se eclipsa, y sólo se avizora, con apremio, el momento de concluir.
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