El ingreso de un paciente a un hospital docente implica pasar por ciertas �incomodidades� propias de este tipo de establecimientos. Sin embargo, docentes y personal sanitario no podemos perder de vista que aun cuando es de gran valía el contacto paciente-alumno para la formación de este último, el principal objetivo del actuar médico-docente ha de ser el bienestar del enfermo. En este sentido, un aspecto que puede verse atropellado es la intimidad del paciente. Probablemente seguiremos enseñando, en mayor o menor medida, de la forma hasta ahora acostumbrada, pero conviene estar advertidos de ciertos riesgos y fomentar una actitud vigilante para salvaguardar la intimidad de los enfermos. El presente trabajo propone algunas medidas concretas
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