A pesar de la crítica efectuada por Wacquant a utilizar la violencia urbana como categoría de análisis se evalúa como necesario el abordaje de la misma ya que las consecuencias que provoca este problema social son gravísimas en cuanto a magnitud y daño ocasionado a las personas.
Si bien se considera que las condiciones de vida de los sujetos son propiciatorias de violencia, pues la exacerbación del modelo de reproducción capitalista "excluyente", genera inequidades y consecuentes carencias a la comunidad, no se pretende reforzar la asociación mecánica entre violencia y pobreza, muy por el contrario se considera a la violencia urbana (V.U.) como manifestación de la violencia estructural. Al respecto Carlos Andrada habla de la existencia de dos tipos de violencia: una violencia que denomina individual y otra estructural.
La primera puede generar una o varias víctimas pero encuentra un autor y tiene representación social. Es decir es percibida socialmente como violencia.
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