El presente trabajo analiza la experiencia de una empresa en el diseño e implantación de equipos de trabajo autogestionados. Estos equipos, que podemos definir como pequeños grupos de empleados que tienen responsabilidad y autonomía para gestionarse a ellos mismos y su trabajo, se introducen cada vez más en las grandes multinacionales manufactureras. La pregunta que se hace el mercado, y que no está del todo resuelta, es si estos equipos son realmente productivos. En nuestro estudio la respuesta es claramente afirmativa. Tras un proceso de diseño e implantación lento y difícil, todos los indicadores de éxito utilizados mejoraron significativamente, de tal forma que el nuevo sistema de trabajo logró su principal objetivo: el mayor compromiso y motivación de los trabajadores que redundó en un incremento sustancial de la eficacia y eficiencia empresarial.
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