Este artículo pretende destacar y reconsiderar algunos aspectos de la represión franquista insuficientemente atendidos hasta el momento. La participación de la sociedad civil en la violencia a través de la movilización derechista durante la guerra civil y de diversas prácticas, como la delación y la emisión de informes o avales en la posguerra fue crucial para que el terror se materializara. Ahora bien, la implicación de amplios sectores sociales en las tareas represivas no debe ocultar que sólo la sublevación de un sector del ejército en julio de 1936 permitió desencadenar una masacre y que la violencia estuvo controlada por los militares desde el primer momento. Es más, el afán de ejercer un control centralizado de la misma se acentuó a medida que se ponían las bases del Nuevo Estado y, en ese proceso, el ofrecimiento de los instrumentos adecuados para que los "buenos españoles" participaran en las tareas represivas fue un ingrediente esencial de la construcción del Estado franquista.
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